La historia de John Cooper Works
John Cooper, quien ya era amigo cercano de Alec Issiggonis, el creador icónico del MINI Clásico, reconoció desde el primer momento el potencial deportivo del pequeño mini.
Y es que John Cooper Works nada más y nada menos que fue el fundador -junto a su padre- de la compañía Cooper Car Company Ltd , en un principio con la intención de fabricar coches de Formula 3 al finalizar la II guerra mundial.
De sus canteras nacieron grandes pilotos ingleses del momento como Collins o Moss, concretamente el el primer COOPER fue inscrito en 1950 en el gran premio de Mónaco, aunque -desgraciadamente- fue eliminado tras un accidente nada más sobre pasar la primera curva.
Ya en 1953 los Cooper volvieron a la carga, esta vez en el Gran Premio de Argentina donde esta vez si se consiguió finalizar la carrera alcanzando un meritorio 8 puesto.
Dos años más tarde en 1955 Cooper da el salto y presenta su primer coche de Fórmula 1, se trataba del T40 propulsado por un motor Bristol y conducido por Jack Brabham, aunque esta sería solo una pequeña incursión, Cooper no entro regularmente en la formula uno hasta 1957 cuando Brabham alcanzo la 6 posición el premio de Mónaco esta vez con el nuevo T43.
Fue esta sexta posición la que dio alas a la los pequeños coches verdes que tan solo un año después vencieron con Stirling Moss al volante en el gran Premio de Argentina., en años posteriores Brabhan recupero el volante de los Cooper llevándolos a ganar el campeonato del mundo ce constructores dos años seguidos -59 y 60- por delante de los todopoderosos Maserati y Ferrari, tan solo tres años después de la hazaña todos los coches de la Fórmula 1 siguieron a Cooper y montaron motores traseros.
El gran punto de inflexión para la escudería y para John Cooper en particular llegaría en 1964 con la muerte de su padre y la venta de la escuderia que terminaría desapareciendo solo cuatro años después.
Sin embargo, la leyenda de Cooper no iba a terminar aquí, Cooper dedico todas sus fuerzas en convertir un pequeño utilitario en un coche de carreras dando el pistoletazo de salida al Mini Cooper, un vehículo de culto que además cuenta en su haber con una triple corona en el Rally de Montecarlo.
La respuesta la llegada de este modelo deportivo al mercado en septiembre de 1961 fue simplemente eufórica y los entusiastas pedían más potencia. Así fue como John Cooper y Alec Issigonis decidieron aumentar la capacidad del motor a 1,071 cc y la potencia de salida de 70 hp.
Esta modificación dio nacimiento al MINI Cooper s con el cual el piloto finlandés Raumo Aaltonen ganó su categoría en el Rally de Montecarlo de 1963 e inició una serie sobresaliente de éxitos en el deporte motor. Hoy en día, la influencia histórica de John Cooper se mantiene en la gama John Cooper Works.